martes, 10 de enero de 2012

La reconversión del sector

En esta nueva entrada del blog presento un extracto del resumen ejecutivo del informe “Cambio Global España 2020/2050. Sector Edificación. La imprescindible reconversión del sector frente al reto de la sostenibilidad”.

Aparecen conceptos como habitabilidad, reconversión, revitalización y sostenibilidad. El bloque V de este informe titulado “Tribunas de Opinión”, recoge seis exposiciones o artículos de reflexión de profesionales del sector. Y el bloque VI reúne datos estadísticos.

Este informe forma parte del Programa Cambio Global España 2020/50 del Centro Complutense de Estudios e Información Medioambiental de la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid.

Disponible en versión electrónica en:


El sector de la construcción ha sido un sector determinante en el modelo económico y en el desarrollo de la sociedad española durante decenios. El crecimiento del sector se aceleró en los últimos tiempos, produciendo en menos de veinte años –desde 1990 a 2007– una tercera parte de la superficie construida hasta hoy en España. Un crecimiento que, como ya había sucedido en ocasiones anteriores, estaba alimentado en su última etapa por procesos especulativos que alejaban al sector de su función social y que, finalmente, han producido el estallido de una burbuja financiera que ha sumido al sector en una profunda crisis  cuya superación se caracteriza por tener que hacer frente a un escenario con unas características propias muy determinantes y singulares, y que demanda una fuerte reconversión del sector de la construcción.

El continuo aumento de la demanda de vivienda en el pasado ha generado un sector de la edificación orientado, de forma prácticamente exclusiva, hacia la nueva construcción, hacia la obra nueva. Empresas, técnicos, industrias, marcos legales y normativos, acción de las administraciones, urbanismo, etc., todo se orientó hacia la nueva construcción, dejando el mantenimiento y la rehabilitación como actividades marginales, subsidiarias en todo caso de la nueva construcción, y dependientes de ella en cuanto a materiales, tecnologías, normativas, empresas, etc. Pero la reducción de la demanda pone en tela de juicio la futura viabilidad de un sector de la construcción organizado sobre las mismas bases productivas que lo han mantenido en el pasado, de un sector de la edificación dedicado a la obra nueva. Una actividad, por otra parte, inconsciente de su impacto ambiental, del consumo de recursos que produce y de las emisiones de residuos que genera el ciclo de vida de los edificios, tanto en los procesos de fabricación de los materiales que los constituyen, como en su construcción, durante su uso y en su posterior demolición. Y la restricción social a la emisividad de nuestro sistema productivo, es justamente la segunda característica que define el nuevo entorno al que va a tener que hacer frente el sector en su salida de la actual crisis. La exigencia de la progresiva limitación de la emisividad no sólo implicará transformaciones en los procesos de producción, sino también al modo en el cual se definen y se satisfacen las necesidades sociales, al tipo de utilidades que deben generarse y a su expresión social. Introducir la sostenibilidad en un determinado sector productivo quiere decir, en consecuencia, definirlo desde las necesidades sociales que satisfacen las utilidades que produce, definir su función social, y considerar que esa funcionalidad es, también, objeto de reconsideración desde la sostenibilidad.

En la actualidad, el producto del sector de la construcción es el edificio, un conjunto constituido por la organización de una gran diversidad de materiales que, a su vez, son también el producto de actividades de diversas industrias. Los procesos productivos de estas industrias generan emisiones de residuos que generan impactos ambientales, así como los procesos de construcción de los edificios, pero el impacto del sector de la edificación no finaliza ahí, puesto que su utilización de los edificios producidos generará durante mucho tiempo el uso de recursos y la consiguiente generación de residuos en considerables magnitudes. Aunque el sector finaliza su actividad productiva con la entrega del edificio a los usuarios, el impacto que genera se extiende mientras se utiliza, con lo que el impacto ambiental debe estar ligado a la producción y uso del edificio, debe estar ligado a la necesidad social que los edificios satisfacen, y que no es otra que la habitabilidad, que el establecimiento de las condiciones socialmente aceptables para acoger las actividades sociales.

Así, el sector de la edificación debe ser redefinido y abordado –desde el análisis de su sostenibilidad– como el conjunto de las actividades destinadas a producir y mantener la habitabilidad necesaria para acoger las actividades sociales.